127 km., 7'15 h.
Esta etapa ya es conocida para mi, ya la había recorrido en varias ocasiones pero fueron entrenamientos más o menos largos y duros solo eran entrenamientos de
1 día.
Pero en esta ocasión la cosa es muy diferente, llevaba en el cuerpo muchos kilómetros, muchos días patinando y tenía que afrontar esta jornada con precaución, muchas subidas en un terreno ondulado y difícil era lo que me esperaba, de entrada ascenso y descenso del puerto del Poio, donde las piernas ya no responden de forma normal y tengo que detenerme en varias ocasiones, menos mal que me ayudo de un palo para poder relajar las piernas en el descenso, aun así no fue fácil, hacemos el desayuno en Sarria y ya más relajado continuo ya sin paradas hasta Palas de Rey donde comemos, no había mucha prisa por lle
gar y me lo tomo con relativa calma, sobretodo sin sacar la mirada del suelo ya que un descuido y con lo agotado que estaba, seguro que no podría respon
der con rapidez y el duro asfalto sería el único colchón para detenerme.
La llegada a la localidad de Arzua, no fue tan alegre como esperaba, era debido al agotamiento físico que tenia, pero en mi interior si que estaba contento, estaba en la tierra de mi padre y tan solo a 42 kilómetros de Compostela, eso era suficiente para estar feliz.
1 día.
Pero en esta ocasión la cosa es muy diferente, llevaba en el cuerpo muchos kilómetros, muchos días patinando y tenía que afrontar esta jornada con precaución, muchas subidas en un terreno ondulado y difícil era lo que me esperaba, de entrada ascenso y descenso del puerto del Poio, donde las piernas ya no responden de forma normal y tengo que detenerme en varias ocasiones, menos mal que me ayudo de un palo para poder relajar las piernas en el descenso, aun así no fue fácil, hacemos el desayuno en Sarria y ya más relajado continuo ya sin paradas hasta Palas de Rey donde comemos, no había mucha prisa por lle
gar y me lo tomo con relativa calma, sobretodo sin sacar la mirada del suelo ya que un descuido y con lo agotado que estaba, seguro que no podría respon
der con rapidez y el duro asfalto sería el único colchón para detenerme.La llegada a la localidad de Arzua, no fue tan alegre como esperaba, era debido al agotamiento físico que tenia, pero en mi interior si que estaba contento, estaba en la tierra de mi padre y tan solo a 42 kilómetros de Compostela, eso era suficiente para estar feliz.
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