CAMIÑO PORTUGUES

Viajamos 1 día antes a Valenca do Minho con la idea de ver con luz los tramos por los que tenía que circular al día siguiente, los había buenos, muy buenos con arcén amplio y buen piso para patinar con seguridad y peores, donde sencillamente no existían, donde los vehículos ocupaban todo los tramos o porque las obras estaban en su máximo apogeo.

Esto no fue todo, para rematar la faena, el refugio de peregrinos estaba cerrado a cal y canto, el teléfono sonaba y nadie lo cogía, tuvimos que montar el vivac en las murallas, menos mal que llevamos la tienda de campaña en el coche así que fue un mal menor , pero no descansamos bien y eso se paga al día siguiente, pero aun había más, durante el recorrido sufro 2 caídas en el duro asfalto de la carretera, que a la postre ocasionan la retirada a escasos 36 km. de Santiago de Compostela.

Hay días que todo sale redondo y hay días que nada o casi nada sale bien, este es el caso que me sucedió en esta aventura del Camino de Santiago, son las 07’30 h., de una mañana muy fría, al menos está despejado cosa que se agradece después de tanto tiempo de lluvias, tengo un ligero dolor de cabeza, algo de gripe y me duele una muela desde hace varios días, pero no es momento de pensar en dejar el camino para otro momento, así que no hago mucho caso a las molestas molestias y comienzo a patinar.

Inicio el recorrido del Camino Portugués por las adoquinadas calles de la amurallada ciudad de Valenca, en poco más de 10’, llego al puente de hierro y dejo atrás Portugal, los primeros rayos de sol hacen el remolón y les cuesta salir, le cuesta más calentar, voy circulando por el viejo puente fronterizo, me vienen algunos recuerdos del pasado, supero el puente con rapidez, al otro lado esta Tui, bonito y monumental pueblo es mi primer paso importante pero que apenas disfruto tapado hasta los ojos del frio que hacía, lo supero casi sin mirar aun hay mucho camino que andar.

O Porriño es el primer asalto, se encuentra a 18 Km., el perfil es llano algo que viene bien para ir calentando, después ya vendrán las cuestas, todo va bien hasta que de repente me encuentro con las obras por las calles, aquí me voy al suelo por primera vez, unos rasponazos en la pierna y rodillas, la maya rota, nada importante, continuo a pesar del dolor, al paso por esta localidad ya se ve algo de movimiento a pesar de lo temprano de la hora y ser domingo.

Continuamos el camino, Redondela está cerca a unos 16 Km., pero con un perfil más duro, lo afronto con la tranquilidad de ser las primeras cuestas, paramos a tomar un café caliente, hay una temperatura de 0 grados y vendrá bien para calentar el cuerpo.

La próxima parada ya será Pontevedra, a unos 22 Km., este será el peor tramo con 2 pequeños subidas que tengo que superar, en la capital Pontevedresa llevamos unos 56 Km., son las 11’30 h., voy bien de tiempo y de fuerzas, supero la capital por el centro, calles vacías hasta el puente de Santiago, continuo por un tramo de autovía con un asfalto muy abrasivo e incomodo de patinar, después un largo ascenso pero suave y muy cómodo, al inicio del descenso tengo mi segunda caída, en una zona de gravilla que no vi a tiempo, quedo KO., durante unos minutos sentado en el arcén apenas me puedo mover, pienso en abandonar pero consigo levantarme y continuo, consigo llegar a Caldas de Reí a 22 km., pero los dolores ya se hacen más fuertes durante las subidas, aquí decido dejarlo, no fue un buen día para mí a pesar de hacer mas de 80 km., en poco más de 4 h., no estoy contento, ahora a recuperarme de las heridas sufridas, ya intentare en otro momento los 38 km., que me faltan para llegar a Compostela.

Hay días que es mejor quedarse en la cama, quedarse en casa calentito en un invierno tan duro como este que estamos sufriendo, no hacer el burro por estas carreteras pasando frio y dejando el cuerpo herido y magullado, pero somos así de listos, o de tontos, depende de cómo lo vea cada uno, cada uno con su afición.