No es fácil conectar y hacerte entender
llevando una conversación de escalada con alguien que no practique este deporte
o cualquier otra actividad tan intensa como esta, posiblemente nunca lo entendería y
seguiría pensando que es un deporte de brutos o algo peor, la verdad es que
tengo amigos que no entienden cómo puedo gastar energías, salud, tiempo y
dinero haciendo montaña, lo de la salud supongo que es por las lesiones que en
ocasiones sufrimos durante alguna salida al monte, cuando nos ven cojeando o quejándonos, entonces aprovechan la ocasión para decir que eso es lo que conseguimos, “ya te decía
yo que eso de escalar no podía ser nada bueno.
Un accidente lo podemos tener cualquiera en nuestra
propia casa, en el trabajo, en el coche, haciendo bicicleta, o cualquier otro
deporte, incluso en el karaoke, lo cierto es que nadie va al monte con
intención de lesionarse y si a disfrutar de la naturaleza pero en alguna
ocasión nos puede suceder por mucha experiencia que se tenga, nadie esta libre de ello, cuando salgo de
casa lo hago con la intención de regresar sano y poder contar mi experiencia o
simplemente tener ese recuerdo para mí, de poder disfrutarla junto a mi compañero o compañera de cordada, la sensación de libertad de recargar
sentimientos internos, cada uno lo exterioriza a su manera, yo vivo con la
sensación tan placentera y el recuerdo de la última cumbre conseguida, pero también con la
esperanza de reproducir ese momento durante mi próxima montaña, a ser posible
cuanto antes y no importa su nombre, tampoco importa la ruta, si se trata de
una simple escalada o una apertura, llegar a una cumbre siempre es especial
aunque después podamos añadir otros factores como la euforia, alegría, jubilo
si conseguimos una ruta grande.
Algunos comentan la descarga de adrenalina (epinefrina) que sueltan
al hacer algo especial, la adrenalina es un neuroquímico que se libera en
respuesta a situaciones de estrés, puede implicar un ritmo cardiaco acelerado
una respiración rápida y un aumento en la fuerza y energía, por lo general
surge en respuesta a una situación estresante o critica, "Esto no es mío", de vez en cuando creo
que incluso es saludable obligarnos a salir de nuestra zona de confort y tener
una ráfaga de energía adicional pero esto lo podría conseguir cualquiera sin la
necesidad de ir al monte, viene solo incluso creo que es un acompañante
necesario para tener el resto de sentidos alerta y evitar sustos mayores,
no vamos a pasarlo mal al monte.
Yo no voy al monte ni hago escalada para sentir
esta descarga de adrenalina, no voy para sentir este estimulo, la puedo sentir en casa solo con pensarlo, con escribir, con soñar
incluso sentado en un confortable sillón así es como aseguro y obtengo mi ración diaria , pero para vivir la naturaleza de verdad hay que patearla y
sentirla. Tengo varias
lesiones permanentes en mi castigado cuerpo, no se trata de dar el parte médico,
no es exclusiva mía seguro que muchos como yo también las padecen, después de tantos años lo normal es tener algo, necesitaría estar
todo el día tumbado en la cama sin moverme y aun así no conseguiría recuperar,
es algo que hay que saber llevar y vivir con ello, es difícil subir al monte
con una mochila de 15/18 kg., a la espalda, después escalar durante horas y
estar colgado en posiciones raras, no es bueno para la espalda pero lo soporto
bien, con adrenalina o sin ella no siento dolor, no al menos en esos momentos, más
tarde cuando llego al refugio me tiro en el catre y relajo mi cuerpo es cuando
me recuerda que el cuerpo no olvida, pero aquí es cuando entra el famoso dicho, “sarna con gusto
no pica", al final busco la escusa para no compartir ese dolor.
Para mi hacer montaña es lo que me da vida y ganas
de vivirla aparte de la familia y amigos, con ello aparto mis malos
pensamientos, dejo a un lado los problemas, mis dolores, solo pienso en la
actividad que vamos hacer, si ese sentimiento es lo que me fortalece, benditos
dolores, porque espero poder continuar algún tiempo mas y seguir con ese
sentimiento por la montaña, por la ecología, por el cuidado de nuestro entorno.
Hablando de entornos, no entiendo como hay gente que aun tire basura en
cualquier lado sin importarle lo mas mínimo, no entiendo cómo se pueden quemar
montes y quedar tan tranquilos viendo el esfuerzo humano y medios intentando
sofocarlo, no entiendo nada y más cuando lo criticamos todo sin levantar un
dedo.
Me estoy apartando de la idea inicial que era el
sentimiento por la montaña aunque en el fondo de la cuestión es lo mismo y todo
está relacionado, son las emociones, la admiración
por esas formaciones naturales, por el interés intelectual o artístico y sobre todo
por las ganas de vivir todas esas experiencias, conocer culturas, gentes, de
estar allí, de recorrer senderos, necesitamos las montañas tanto bajo el punto
de vista vivencial como intelectual somos felices entre ellas, ya sea llegando
a una cima o recorriendo los senderos de Picos de Europa o Pirineos.
Ahora me resulta fácil hablar de la última
apertura, una magnífica escalada conseguida en el Urriellu, “Galiciando”,. Antes, durante y en la misma cumbre pude volar con todos
esos sentimientos que se agolpaban y necesitaban salir de mi interior, sentir los
valores de una buena amistad que comparte tu misma afición, sentir mis
descargas de adrenalina, momentos de temor, nunca miedo, satisfacción al
superar un tramo difícil, ansiedad por ver lo que aun tengo por delante, dolor
pero sin lamentos, lagrimas de alegría, pena por dejar la cumbre pero con el
recuerdo ya imperecedero que siempre me pertenecerá, los momentos de cumbre con
mis compañeros de cordada, aquellos abrazos, la alegría por lo conseguido, todo
junto es como un coctel difícil de explicar a mis amigos que nunca fueron de
monte, como puedo explicar esto que llevas dentro si no pueden sentir la
montaña.
“Galiciando” es una conjunción de deseo, pasión, ansiedad, incluso amor, ahora ya estoy liberado, tranquilo y relajado, ahora si que puedo pensar en otras historias aunque sea de forma temporal porque esos efectos pasan rápido y no quiero quedarme sin un nuevo proyecto. Dile al Sol ya esta esperando nuestra visita, no será tan difícil ni complicada como esta ultima, al menos eso creo pero será otro sueño cumplido, al menos un sueño intentando hacerlo realidad lo que mas te gusta, lo que ocurra después ya se vera, el resultado será lo de menos, lo importante es estar allí.
Estoy un poco raro hoy, debe ser porque cumplo años y necesitaba tener, hacerme un buen regalo y que mejor manera de tener ese regalo que recordar los mejores momentos pasados en el Picu con la ultima apertura, todos fueron buenos momentos, regalos de mis amigos a los que agradezco su compañía en esta gran aventura, solo ellos saben lo que es compartir esos momentos, en cuanto a mi supongo que volveré a recuperar esta sensación de bienestar cuando consiga mi próxima cumbre que ya esta tardando en llegar.
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