NEVADO PUMASILLO: cordillera de Vilcabamba
Después de transcurrida una semana de nuestro regreso del Perú y con la tranquilidad que da estar ya en casa todos los integrantes de la expedición sanos y sin ningún percance físico, todo se ve más claro y diferente, los momentos vividos durante nuestra instancia en los Andes se pueden valorar mejor visto desde la distancia, sentado delante del ordenador y escribiendo estas líneas, siempre es más fácil recordar todos y cada uno de los momentos, momentos que ya son recuerdos imborrables en nuestra memoria.
No pudimos con la montaña, más bien fue ella quien pudo con nosotros y no fueron las dificultad que encontramos que fue mucha, fueron los peligros objetivos los que acechaban sobre nuestras cabezas, serack enormes que pendían de un hilo y grietas descomunales fueron las que decidieron por nosotros, aunque dolorosa, fue una decisión acertada y conjunta la de abandonar a pocos metros de la cumbre.
Eran las 10’30 horas de la mañana, tiempo más que aceptable para afrontar los últimos 100 metros que nos separaban de la deseada cumbre y descender con tranquilidad, pero las cosas se desarrollan no como uno quisiera, además de los obstáculos que nos fuimos encontrando durante la ascensión, la climatología fue cambiando a cada paso que nos acercaba a la cumbre del Nevado Pumasillo, tanto las dificultades, como los peligros, se suman a la mala climatología que nos hubiéramos encontrado en la cresta cimera, lo habríamos pasado mal en esas condiciones, pero ya era algo que no podríamos probar ya que estábamos de regreso al campo base.
Pude comprobar porqué de algunos fracasos de expediciones anteriores, pero eso era algo que tenía que ver, en casa y delante de una foto todo se ve mas fácil, además no existe información sobre la ruta y era una aventura cada metro que pudiéramos ascender. Sigue siendo una buena actividad para el que quiera probarse en una escalada de dificultad de altura, ahora comprendo porque esta montaña y esta ruta Inglesa en concreto, está considerada como una de las más difíciles de los Andes.
A pesar de todo no regresamos a casa con las manos tan vacías, conseguimos abrir una nueva variante que enlaza con la ruta original en las gradas superiores, unos 200 m., de recorrido que evita la escalada por el muro de hielo, no sé si más fácil o más difícil, pero también expuesta a desprendimientos de los serack, a nosotros nos pareció más fácil, pero a pesar de ello también difícil ya que hay que ascender por una canaleta de hielo, un tramo mixto y finalmente una larga travesía hasta enlazar con la ruta original.
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