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“SI LO SE NO VENGO “
espolón de entrada IV+ |
Lo mismo que en la Torre
de Colladetas, solo tengo una escalada en la Aguja de los Martínez, de eso ya
hace muchos años, lo cierto es que no merece la pena el esfuerzo para llegar
hasta allá arriba y hacer solo esta minúscula ascensión, a menos que haya otras
posibilidades de aprovechar el día, pero en esta ocasión la visita era
diferente, queríamos dejar la firma con nuestra apertura en la vertiente oeste
y eso atraía mas.
Reseña 1ª parte |
Desde la bese de la Torre del Carnizoso
llegamos en 5’ llegamos a la base de la aguja, había varias posibilidades y que
inmediatamente y con solo miraras descartamos al instante, pero una más evidente
se encuentra a la izda., de la chimenea próxima al collado al lado de la cueva,
parece que se podría dejar hacer. Era una ilusión lo de hacer esta escalada o
una tontería siquiera probarla, sabía lo que me podría encontrar y así fue.
Pero muy tozudo me
embarco en esta escalada, lo que es no parece y lo que parece no es, es un
dicho que suelo decirme durante la pesca submarina, aquí fue algo parecido, parecía
mejor de lo parecía, pero continuo la ascensión, un pequeño espolón IV, IV+, no
va a detenerme, coloco un seguro en un pico de roca que veo como rompe al
superar el paso, bueno ya está hecho, coloco un buen clavo justo antes de un
muro V+, mejor de lo esperado, ahora puedo continuar por una grada fácil III+,
la recorro en toda su longitud, 1ª R. 40 m.
descenso con el Picu de testigo |
Reseña 2ª parte |
Una serie de gradas y viras
fáciles IV+, III+, que me hacen ganar altura poco a poco, pero son algo rotas y
con pocos lugares para asegurar, a pesar de la facilidad son tramos delicados y
algo expuestos III+, que hay que saber lidiar, pequeña vira a la dcha., hasta
situarme en la base de una canal V, IV+, con eso llegamos a la cresta afilada con
pocos lugares para montar la reunión, cerca de la cumbre la monto en un buen
pico de roca aprovechando una de las pequeñas agujas de la cresta. Montamos 2
rapeles y base con tiempo de sobra para comer el bocata.
Conseguimos una ruta corta a la que
llamamos, “SI LO SE NO VENGO“, fue una escalada
rápida, aunque algo rota, pero no tanto como recordaba mi primera ascensión,
claro que aquel día fui de segundo y comiendo todo lo que Iñaki me tiraba.